El equipo cidiano impuso su ley en un encuentro dominado de principio a fin por los burgaleses y en el que destacó un Felipe García prodigioso bajo palos
El UBU San Pablo Burgos ganó con solvencia este domingo al Trops Málaga (36-23) en un choque en el que los castellanos fueron de menos a más para acabar sumando un triunfo que les sitúa de nuevo a solo un punto del puesto de play-off. Con esta victoria, el conjunto burgalés demuestra que no ha dicho su última palabra en esta competición
Desde el arranque del encuentro ya se percibía el choque de estilos entre la vivacidad de los cidianos y la pausa de los malagueños. Esta batalla táctica propició un buen espectáculo desde el inicio. En las filas locales el brazo de Ignacio Suárez y las buenas intervenciones de Felipe García en portería daban las primeras ventajas a los burgaleses.
Poco a poco los andaluces trataban de dormir el partido, alargando las posesiones hasta el borde del pasivo, pero los burgaleses sacaban su germen de recuperación y contraataque para distanciarse a los tres goles (min. 15:21. 9-6) y obligar al técnico rival a pedir tiempo muerto.
No hubo reacción por parte del equipo de la Costa del Sol que siguió chocándose contra un UBU San Pablo bien armado, incluso cuando Diego Vera recibía su segunda exclusión en el minuto 20. Una nueva inferioridad local, en esta ocasión por exclusión de Espinosa, hizo flojear momentáneamente en la resistencia de los locales que veían como su rival se acercaba a los dos tantos. El peligro fue un espejismo y, con siete hombres sobre la pista, la maquinaria burgalesa volvía a rodar a la perfección para ampliar la renta hasta los cinco tantos, de modo que se llegó al descanso con un 17-12.
El conjunto burgalés regresó a la cancha como un ciclón. Los cidianos imponían su ley para colocar un 23-15 en el seis de juego y obligar al técnico visitante a volver a parar el partido. Felipe García seguía a lo suyo bajo palos y sus compañeros aprovechaban para dar espectáculo en la zona de ataque, gracias a una gran velocidad de balón. Así, la fractura se ampliaba hasta los 11 goles favorables a Burgos, para volver a obligar a Málaga a detener el juego.
La frustración de los visitantes era tan palpable, como que las protestas del receso llevaron a la exclusión de Oliva, para complicar más la situación de los andaluces. El UBU San Pablo acumulaba rentas máximas casi por ataque y la relativa tranquilidad permitía a Nacho González dar minutos a menos habituales como a Marcos o al recién llegado Kevin Lodos.
El relato de los últimos instantes describía el transcurrir de los minutos sin giros de guion, mostraba el agotamiento físico y mental de los malagueños y culminaba con la consecución de una victoria que vuelve a poner a los cidianos en el camino de los sueños.
Antes de comenzar el encuentro, se rindió homenaje a Marcos Martínez, entrenador del filial, que obtuvo la medalla de plata en el último Campeonato de España de Selecciones Autonómicas como seleccionador del combinado juvenil masculino de Castilla y León.