Caja Rural Aula y Aticcgo Elche se citaban en la cumbre con ambos equipos con un ojo puesto en la pista y otro en la cima de la clasificación. Así enfilaron un partido marcado por las bajas propiciadas por los compromisos internacionales, lastre para las vallisoletanas ante un rival de la entidad de las alicantinas.
El partido arrancó como prometía por el perfil de ilicitanas y vallisoletanas: rápido y con alegría goleadora. No en vano se miraban a los ojos dos de los equipos más ofensivos de la Liga Guerreras. Comenzó con la mira más fina el Caja Rural Aula, que intimidó de salida al Pabellón Esperanza LAG con un 2-4 de partida que supieron neutralizar las locales para poner el 6-5 en el ecuador de la primera mitad.
Para ese momento el ritmo del partido ya había rebajado las pulsaciones. El Caja Rural Aula entró en una sequía de diez minutos sin marcar que rompió
O´Mullony -la cual se vio frenada por los palos y las paradas de la guardameta local- desde la línea de los nueve metros; única vía que encontraban las vallisoletanas para perforar la defensa del Elche, que había cerrado filas en torno a la portería de Nicole Morales.
El oficio del Atticgo Elche y la falta de claridad ofensiva del Caja Rural Aula permitió al equipo local poner tierra de por medio y cosechar una renta de cinco goles (12-7) liderado por Danila So, que llevaba el peso del peligro ilicitano, tanto en la ejecución como en la asistencia a sus compañeras. En un baile de exclusiones, un parcial de 9-2 penalizaba en demasía al equipo de Peñas, que tras un inicio fulgurante entró en bloqueo goleador.
Cinco goles (15-10) era el peaje que tenía el Caja Rural Aula para el camino que tenía que recorrer durante la segunda parte. Las vallisoletanas decidieron cimentar el intento de remontada desde la defensa. Mejoraron las prestaciones desde la retaguardia, provocando el fallo ilicitano, y a base de trabajo comenzaron a erosionar la desventaja local con un parcial de 2-5, que obligaba a Joaquin Rocamora a pedir un tiempo muerto para recalcular la estrategia.
La mejoría del Caja Rural Aula era eclipsada por la inspiración de Nicole Morales bajo palos; encargada de mantener a flote a un Elche al que le favorecía el paso de los minutos. Con 20-18 y todo por decidirse entró en la recta final el partido en Elche, donde la pareja arbitral reclamaba también su dosis de protagonismo, repartiendo exclusiones a diestro y siniestro -hasta 15-.
Con 23-22 se llegó al último minuto. Remó el equipo vallisoletano -que no pudo aprovechar las superioridades de las que dispuso- hasta la extenuación, pero se chocaba una y otra vez contra un muro con el dorsal 12, líder de un Elche al que no le tembló el pulso en el momento de la verdad y supo terminar de tejer una victoria que impulsa a las ilicitanas y aleja a las vallisoletanas de la primera plaza de la Liga Guerreras.
